domingo, 15 de abril de 2012

¡Sí se puede!


El Real Zaragoza exprime la calculadora llevando a la realidad el grito de su afición. El tempranero gol de Dujmovic (min.6) da opción al conjunto aragonés de agarrarse a la esperanza. El encuentro estuvo protagonizado por la intensidad en detrimento del fútbol. El Granada se mete en un lío tras caer en La Romareda.
El conjunto aragonés logra, de nuevo, un triunfo por la mínima para reanimar una situación que, hace no mucho, parecía irreversible. El factor psicológico sobre el que trabaja Manolo Jiménez y la entrega incondicional de la afición, han devuelto la vida a un muerto.
En esta ocasión, los blanquiazules volvieron a llevar al límite su triunfo, a pesar de encontrarse con todo cuesta abajo de inicio. Dujmovic, convertido sorprendentemente en delantero con maneras, enganchó un balón en la frontal para subir el primero al marcador. La jugada la generó el dinamismo de Aranda, en esta ocasión acostado en la derecha, salvando la oposición de Borja Gómez. Instantes antes de la acción, Dani Benítez hizo temblar el larguero de Roberto con un golpeo cargado veneno. Su disparo se estrelló con el que sería su principal enemigo en el partido, la madera. En el minuto 81, volvería a encontrarse con el palo al ejecutar con maestría una falta lejana.
Fútbol sobre el precipicio
Tras el tanto, el encuentro no superó el obstáculo de moverse en el abismo y la intensidad brilló por encima del juego. Antes del descanso, un par de lanzamientos desde fuera del área de Zuculini y Edu Oriol, hicieron trabajar a Julio César sin obligarle a emplearse a fondo. En la última acción antes del tiempo de reflexión, una asistencia de Uche -que este año vistió en una ocasión la camiseta del Zaragoza- dejó en buena situación a Martins, pero el portugués mandó al limbo la ocasión.
El carrusel de cambios rompió el encuentro de manera definitiva y los puntos pudieron caer hacia cualquier lado. La Romareda entonaba su grito de necesidad y los locales aguantaban compactos las aceleradas intentonas del cuadro nazarí. Los de Abel Resino autoatropellaron sus opciones y no supieron manejar la forzada ansiedad maña. Entre las eternas interrupciones y la expulsión de Micael, por una entrada sobre Ighalo (min.93), murió el encuentro y el Zaragoza abrazó una nueva vida.
Después del empate 'in extremis' del Villarreal ante el Racing, el calendario adquiere un tamaño mayúsculo para todos los equipos implicados. El Zaragoza tiene que recibir en su feudo a Athletic, Levante y Racing de Santander y viajar a Mallorca y Getafe. Por su parte, los de Los Cármenes jugarán ante su gente con Getafe, R.Madrid y Espanyol y visitarán el campo del Levante y del Rayo.
El Real Zaragoza se ha subido al último tren de Primera que pasaba por su parada mientras que el Granada tendrá que pelear hasta el final por eludir el infierno.
De Marca.com

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